sábado, 9 de abril de 2011

IRMA M. G. CAGGIANO

IRMA M. G. CAGGIANO nació el 7 de enero de 1944 en Santa Fe, Capital, y actualmente reside en el Barrio Centro Sur. Es docente jubilada y sus gustos abarcan desde las novelas de amor, crimen, suspenso, misterio y ciencia ficción, hasta los textos de psicología, psiquiatría y medicina general, las revistas y los diarios. Algunos autores de su preferencia son: Agatha Christie, Mario Puzzo, Truman Capote, Umberto Eco, Stephen King, Sidney Sheldon, Robin Cook, J. L. Borges, J. Cortázar, Fontanarrosa, Patricia Severín, R. Malatesta, Torchiaro, R. Alaniz. Prefiere la narrativa, y al respecto ha dicho: “no poseo el don de los poetas”. Recibió menciones por algunos cuentos enviados a concursos nacionales y provinciales. No está afiliada a ningún gremio literario.

Contacto: irmacaggiano@hotmail.com


PERFIL PSICÓPATA
(fragmento)

Disponible para su lectura íntegra en PDF

Josefina concurría a la escuela nocturna para completar sus estudios secundarios. El resto del día trabajaba como empleada doméstica para mantenerse y ayudar a su tía Lucía, único familiar materno vivo con quien compartía una casa humilde en las afueras de la ciudad. Lucía tenía veinte años, y a pesar de esto, su tía le recomendaba que se cuidara al salir de la escuela, que no anduviera sola, que no se entretuviera en el trayecto, dado la ola de secuestros, violaciones y crímenes que habían ocurrido en los últimos meses por la zona de la costanera. Éste era justamente el lugar preferido por la joven para entretenerse. Allí, miraba el cielo, el mar con las olas golpeando y salpicándola a su paso, la luna y las estrellas..., en fin, Josefina no podía ser más sentimental y soñadora. En esos momentos cerraba los ojos y su imaginación volaba por lugares maravillosos, paradisíacos, hasta que se le presentaba su príncipe azul sobre un caballo blanco alado y le pedía que se casara con él. Entonces imprevistamente se rompía el hechizo y la realidad la volvía a su vida simple y rutinaria de trabajo y estudio. Habitualmente el camino de regreso a su hogar lo hacía en compañía de una amiga, Laura, que vivía a dos cuadras, pero esa noche de frío y llovizna ésta se encontraba con un estado gripal que no le permitió asistir a clases. De igual forma Josefina se paró en el lugar de siempre a mirar la lejanía sobre el mar encrespado, pero a los pocos minutos de esa contemplación, tuvo la impresión de que alguien se acercaba y se detenía detrás de ella. Al instante le vino a la mente la advertencia de su tía sobre los peligros que acechaban en esa zona. Conteniendo la respiración apretó las carpetas contra su cuerpo como para protegerse de lo desconocido y prosiguió el camino hacia su casa acelerando los pasos hasta casi correr. Venció el miedo que la dominaba, miró rápidamente hacia atrás y vio los faros de un auto que la seguía a unos cinco metros de distancia. Se decidió y emprendió una carrera alocada sin darse vuelta. Cuando faltaban doscientos metros para llegar a su casa, notó que el coche se adelantaba y detenía su marcha frente a ella en la bocacalle. Desesperada y con su corazón a mil, irrumpió en gritos de socorro clamando por la policía, pero la esquina estaba a oscuras y nadie acudió a sus llamados. Inmovilizada por el pánico y encandilada por las luces altas del auto fue disminuyendo sus alaridos, orando mentalmente para serenarse (...).


ENCUESTA A LOS ESCRITORES SANTAFESINOS

- Disponible para su lectura íntegra en PDF -

"Mi padre leía diarios y revistas de humor. A mi madre le gustaban los libros de poemas, las revistas de actualidades, las novelas de crimen y misterio, las Selecciones... Yo tenía libertad para leer todo lo que encontraba, sin ninguna traba. De las Selecciones aprendí mucho. Creo que de mi observación del mundo y de los comportamientos humanos nació mi inclinación por la lectura y la escritura."

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