martes, 19 de julio de 2011

STELLA MARIS GÓMEZ


STELLA MARIS GÓMEZ nació en Santa Fe el 28 de mayo de 1953. Es ama de casa y vive junto a su familia en el Barrio Villa María Selva. En el 2003 ingresó al taller de literatura infantil “La hora del cuento”, dirigido por Idilia Vouillóz. Textos suyos integran las antologías Sonrisas, Sueños, Magia del Colorín Colorado (Santa Fe: Dirección General de Imprenta Legislativa de la Provincia, 2007) y Sueños y Magia del Colorín Colorado (Ibíd., 2009). Desde el 2008 integra el taller literario de Roberto Malatesta. Premios: “Mención de honor” en el Certamen de Narrativa Breve “Al calore della stessa fiamma” (Centro Friulano de Santa Fe, 2006); “Mención de honor” en el Concurso Nacional “Narrativa en 25 y 50 palabras” (Municipalidad de Venado Tuerto, 2006), 3º Premio en el Concurso Nacional “Historia de mujeres” (Municipalidad de Venado Tuerto, 2008); Narrativa - Concurso “Santa Fe escribe por la diversidad y la inclusión. Haciendo visible lo invisible”, organizado por el INADI delegación Santa Fe (2009); “Mención Especial” en el Concurso Literario “Al calore della stessa fiamma”, organizado por el Centro Friulano de Santa Fe (2010). Aún no ha publicado un libro propio.

Contacto: stellagomez58@hotmail.com


de TEXTOS INFANTILES (Y OTROS NO TANTO)

- Disponible para su lectura íntegra en PDF -


El Sueño de Matías

(Fragmento)


Matías era un chico que siempre estaba pidiendo moneditas en los negocios del barrio. Ya todos lo conocían y le habían tomado mucho cariño.

Con quien mejor se llevaba era con Don Luis, el dueño de la juguetería de la esquina, en realidad la única que allí había.

A veces le hacía mandados, otras se ofrecía a barrerle la vereda, y le cebaba unos amargos, como a él le gustaban.

Ese día, Don Luis decidió cerrar más temprano. Se sentía muy cansado y la verdad la venta últimamente estaba muy floja.

Matías, esa tarde estaba raro, daba vueltas y vueltas alrededor del negocio, espiaba y después se escapaba

–Eh, chico, vení acá –le dijo Don Luis algo preocupado–. ¿Qué te pasa?

–Es que no me animo a pedirle un favor. ¿Sabe? Quería que me deje esta noche dormir acá porque mamá y mis hermanos van a visitar a los abuelos, y yo no quiero quedarme solo en casa. Por favor ¿podrá ser? Solo por esta noche, le juro.

–Bueno, está bien, pero acá en el negocio mucho espacio no tengo. Salvo que me ayudes a hacer un poco de lugar

–¡Sí…! ¡Sí! –contestó Matías, loco de alegría–. Al lado de los juguetes, en el suelo nomás.

–Espera un momento, ahora me acuerdo, debajo de la escalera tengo un colchoncito. Lo compré cuando venía mi nieto a visitarme. Allí dormirás bien.

–Eso sí, mañana bien tempranito… ¡arriba! ¿Eh?

–Sí, no se preocupe, señor, siempre mi mamá me despierta temprano.

Antes de cerrar, le compró un sándwich y una gaseosa, dejándoselos sobre el mostrador, y se marchó a su casa, que no quedaba muy lejos.

Matías reía y reía de felicidad. Nunca pensó que estaría rodeado de tantos juguetes. De a uno los iba tocando, con mucho cuidado: osos de peluche, autos de carrera, pelotas, muñecos, payasos. Por un largo tiempo estuvo como extasiado, porque no podía creer lo que veía.

Fue así que se quedó dormido.

(...)


ENCUESTA A LOS ESCRITORES SANTAFESINOS

- Disponible para su lectura íntegra en PDF -

"En el taller dirigido por Idilia Vouillóz, donde nacieron los cuentos infantiles, también me incliné por la poesía, permitiéndome las rimas, dándoles a mis textos un tono más alegre para el disfrute del niño. Creo que la experiencia de vida me llevó a escribir luego para adultos. Lo necesitaba al principio como desahogo, pero hoy lo tomo como aprendizaje y deseos de "madurar" cada martes, en el taller literario que coordina Roberto Malatesta y que integro desde el 2008."

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